jueves, 26 de julio de 2012

Por andar de Redentor casi me crucifican: Ariel Lizárraga




* De haber estado implicado o de haber tenido algo sucio en mi consciencia no me hubiera ni acercado al lugar lleno de policías, sin embargo el que nada debe, nada teme 
TIJUANA, B. C.-/ Ariel Lizárraga Montero, director de Comunicación Social del Congreso del Estado afirma: Entré de Redentor y… me quisieron crucificar. Afortunadamente todo se aclaró y aquí estoy con la frente en alto, dice, en referencia a una detención que sufrió la noche del jueves 19 de este mes en Tijuana, acusado de un aberrante delito, que afirma que ya se comprobó que todo fue una fabricación, producto de una infamia, primero, de alguien que no midió las consecuencias al señalarlo y después, por una serie de irregularidades que se cometieron desde su detención, hasta la “investigación”  que inició, dice, la procuraduría estatal, donde “muchas cosas se movieron” para manipular a las personas que inicialmente lo denunciaron.

En entrevista exclusiva para Agencia Fronteriza de Noticias, Ariel Lizárraga –quien solicitó permiso al Congreso para ausentarse desde el pasado viernes a fin de solucionar el problema en el que se vio involucrado- narró los acontecimientos, desde el momento en que fue detenido por policías municipales en la sub-estación de policía “Margarito Saldaña” de La Mesa, junto con otro hombre también señalado en este caso.

El vocero del Congreso fue detenido bajo la acusación de haberse propasado sexualmente –hace como tres meses- con una menor de edad, bajo amenazas de muerte, según lo indica un parte policiaco que fue circulado profusamente por alguien que usurpó el nombre de la niña afectada y que fue enviado (como si fuera por ella), estratégicamente a todos los correos de reporteros y medios de difusión de la ciudad.

En ese parte se indica que el novio de su mamá (que vivía con ella) le tomó fotografías a la niña y la tocó de manera impropia en la casa de su madre y que Lizárraga Montero la llevó a Rosarito “como en el mes de abril”, ofreciendo comprarle ropa. Que supuestamente la llevó posteriormente a un cuarto cercano a la tienda y que le dijo que se desvistiera y que si lo hacía le compraría una laptop, pero que de lo contrario mataría a su madre y a su hermana Jazmín. Dijo igualmente que el mencionado supuestamente había abusado sexualmente de ella.

Agencia Fronteriza de Noticias se enteró de la detención la tarde-noche del viernes, cuando ya habían sido liberados Lizárraga y el otro hombre, originalmente acusado en el mismo caso. Se buscó información con las autoridades pero no había oficialmente porque el caso “estaba en curso”. Se buscó al señalado y Lizárraga respondió las llamadas de AFN, solicitando “unos días para demostrar mi inocencia con pruebas”.

Finalmente, las acusadoras, modificaron sus versiones -que desde un principio tuvieron contradicciones, según la misma Procuraduría estatal- y finalmente aceptaron haber fabricado sus dichos, según los documentos oficiales proporcionados por el abogado de la familia. También se indicó que el certificado del examen hecho por el legista a la menor supuestamente vejada, demostró que “está intacta” y que no había tenido ningún contacto sexual, confirmó la madre.

El caso:

Esto ocurrió, como ya se dijo, la noche del jueves pasado, cuando en auxilio de la pareja y de la hijastra de Alberto Rivas Sandoval –el otro acusado- Lizárraga salió de su casa para trasladarse a la subestación de policía, ya que le informaron que una de las hijastras, por venganza, había acusado a quien llamaba su padrastro, de abuso sexual, señalamiento que advertían quienes le llamaron, que era falso.

“De haber estado implicado o de haber tenido algo sucio en mi consciencia no me hubiera ni acercado al lugar lleno de policías, sin embargo el que nada debe, nada teme y fui porque yo tengo amistad de varios años con la madre de la niña supuestamente afectada y con una de sus hijas, que son activistas sociales”, comentó Lizárraga.

Afirma que cuando le hablaron la señora Ana Bertha Sánchez Hernández y Jazmín, con quien tiene amistad, éstas  le manifestaron que estaban angustiadas porque “nadie les hacía caso” y la primera estaba angustiada porque la acusación que su hija Ana Karen Sánchez Hernández y la menor de 12 años hacían a su pareja, supuestamente había ocurrido una noche antes en la casa familiar, cuando la niña tenía cuatro días quedándose con su hermana Ana Karen, en la casa del padre biológico, por lo que no pudo haber ocurrido el abuso.

Lizárraga afirma que al llegar a la subestación de policía y tratar de conocer del asunto “nadie nos atendió y pasaron varios minutos sin que nos hicieran caso, por lo que le hablé a mi abogado Julio César Bustamante para que tratara de enterarse, en su condición de abogado. No obstante eso, tampoco lo atendieron.

El entrevistado afirmó que mucho rato después, por fin se le permitió pasar y se le estaba atendiendo, cuando desde otro cuarto con vidrio, cercano, donde tenían a la menor junto con la hermana que acusó al padrastro, la segunda le dijo algo a la primera “y la niña volteó y me señaló, diciendo que era su padrino”.

Después de eso, comenta Lizárraga Montero “las cosas cambiaron y el juez calificador Omar Garibo Cárdenas me informó que mi situación ya no era la misma (de una persona en busca de información) porque la niña me había señalado acusándome de que yo también había abusado de ella, hace por lo menos tres meses, en una supuesta visita a la ciudad de Rosarito”.

La policía local, al tener el señalamiento de la niña y una de sus hermanas, por una parte, así como la negativa de los acusados por otra, decidió remitir el caso a la Procuraduría del estado en Tijuana para que se deslindaran responsabilidades, no obstante que su traslado se dio hasta el día siguiente, según Lizárraga, quien acusa a su vez,  de una detención arbitraria “porque no había flagrancia y en el supuesto de que realmente yo hubiese cometido alguna falta, se debió de haber presentado previamente una denuncia ante el Ministerio Público para mi detención”.

Ariel Lizárraga se queja de que durante estas horas, uno de los elementos policiacos le tomó una fotografía, pese a que no había una sentencia en su contra y violando sus derechos individuales, además de que presumiblemente cambiaron un parte que originalmente elabvoraron aunque no pudo enterarse en qué sentido se hizo ese cambio. “Yo en un tiempo trabajé como vocero para la policía y por lo mismo entendí las claves con que se hablaban”.

A Alberto Rivas Sandoval lo detuvieron en su casa, cuando elementos policiacos ingresaron al interior del hogar del mencionado, por la acusación que pesaba en su contra, comentó Ariel Lizárraga y a él lo aprehendieron dentro de las instalaciones de la subcomandancia de policía.

Tanto la madre de las acusadoras como otra de sus hijas al darse cuenta de lo que había ocurrido,  negaron de manera insistente que ambos fueran culpables de lo que se decía en contra de ellos, sin embargo todos fueron presentados ante el Ministerio Público, donde la menor “Dariana N”, al llegar a la instancia modificó su versión y dijo que había mentido por consejo de su hermana Ana Karen. Afirmó que estaban molestas con su padrastro porque ya no quería “mantener”  a Karen y que ésta le sugirió hacer la acusación. Sobre Ariel Lizárraga comentó que decidieron involucrarlo porque no querían que ayudara al padrastro a salir del problema, para que así fuera a la cárcel.

Al leer estas declaraciones el abogado de Lizárraga le comentó que “ya todo se había aclarado” y le informó que no tardaría en salir “pero ahí empezaron a moverse muchas cosas y a cambiar, porque a la niña y a la madre la estuvieron presionando para que los acusaran”, comentó el entrevistado.

Afirmó que pese a que la madre de la menor seguía negando los hechos, el Ministerio Público la presionó para que aceptara que “había dejado a la niña a solas conmigo en algunas ocasiones, porque de lo contrario sería detenida también por supuesto solapamiento y que se le acusaría de corrupción de menores y de prostitución”, con esto finalmente la convencieron.

Jazmín Sánchez, la otra de las hermanas, comentó a AFN que “estamos muy apenadas por el problema en que mi familia metió a Ariel, ya que nunca ocurrió eso que se dijo” y afirmó que a su madre la sometieron a fuerte presión dentro de la procuraduría hasta que lograron que acusara a Lizárraga Montero.

La misma entrevistada aseguró que Lizárraga nunca se ha quedado a solas con su hermana de 12 años y que apenas hace tres semanas aceptó apadrinarla en una graduación de la escuela a petición de la misma niña y su madre. Refirió que su otra hermana, Ana Karen lo acusó junto con su padrastro porque estaba molesta con éste último y lo había amenazado porque ya no la quería mantener.

Finalmente, cuando todos fueron dejados en libertad, la madre de la niña y Jazmín le informaron a Lizárraga todo lo que había ocurrido desde su detención y del hecho de que la señora Ana Bertha le tuvo que acusar por insistencias del Ministerio Público. Sin embargo al percatarse de todo el daño que se estaba haciendo, decidieron ampliar su declaración que ya no se les quiso aceptar, por lo que tuvieron que hacerlo de puño y letra y acudir a un Notario para que diera fe, por lo que finalmente se le dio entrada a sus declaraciones en la Procuraduría.

En esta nueva ocasión, tanto la madre como la niña cambiaron de nueva cuenta sus declaraciones, a favor de los acusados, lo mismo que hizo Ana Karen al percatarse del problema que se generó por esa acusación que la menor refirió  que se les ocurrió tras ver un caso similar en un programa que se llama “La Rosa de Guadalupe”

En sus nuevas declaraciones, Ana Karen (la principal acusadora) quien dice tener 22 años y no tener “ninguna” ocupación, manifiesta que después de vivir juntas, ella y otra hermana se fueron a vivir un tiempo a la casa “del papá de mis hermanas”; después, hace aproximadamente dos años “me fui a vivir a Nayarit con mi abuela, ya que salí embarazada de mi segundo hijo y mi mamá estaba molesta, por lo que hace aproximadamente un mes regresé a Tijuana con mi mamá y mis hermanas y desde que llegué me di cuenta que mi mamá tenía un novio de nombre Alberto, quien no me cae bien, ya que le molestaba que mi mamá me ayudara con los pañales y la leche de mis hijos, por lo que quería que se separara mi mamá de él”.

Refirió que por esto, le dijo a Dariana que inventara que Alberto la violaba para que mi mamá lo dejara, por lo que el día jueves 19 de julio en la noche, decidió hablarle a la policía para que la niña dijera que el mencionado la “manoseaba”  a fin de que lo detuvieran. Para esto le comentó a un amigo llamado César que le marcara a la policía y así lo hizo, por lo que se llevaron al padrastro, entre llantos de su madre.

Dijo no saber “quien de mis hermanas le llamó a un amigo de mi mamá de nombre Ariel para que fuera a ayudarle, para que no lo dejaran detenido a Alberto, pero al encontrarnos ahí le dije a Dariana que dijera que también Ariel la tocaba para que no pudiera ayudarle” y que quedara detenido, cosa que finalmente ocurrió. Se dijo arrepentida de su acción “ya que no me imaginaba que se iba a ocasionar un problema grave”.

Sin una acusación sólida en su contra, recuperó su libertad el novio de la madre, Alfredo Rivas Sandoval, quien dejó en claro en sus declaraciones ante el Ministerio Público que estaba informando que inmediatamente se iría de la ciudad porque ya no quería saber nada más “de esa familia”, por el asunto en el que le involucraron. Y efectivamente salió de Tijuana.

Por su parte, Ariel Lizárraga comentó que tras ocurridos los hechos “que definitivamente me afectaron en lo personal porque tengo hijos e hijas que salieron lastimados”, él retomará sus actividades, ya que solicitó unos días de permiso para dedicarse a defender su nombre.

Afirmó estar convencido que hubo quienes aprovechando ese problema familiar de los involucrados, trataron de dañarle en su nombre y actividad profesional, por lo que analiza los siguientes pasos a dar en su caso.

AGENCIA FRONTERIZA DE NOTICIAS (AFN)

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