Las Fuerzas Armadas de Colombia, unas de las más poderosas de América Latina, están dirigidas ahora por uno de sus tantos antiguos enemigos, el exguerrillero y nuevo presidente Gustavo Petro.
Luego de desmovilizarse en 1990 del M19, un grupo guerrillero, Petro hizo una exitosa carrera política gracias, entre otras, a sus denuncias de corrupción y violaciones de derechos humanos por parte de los militares.
Ahora que fue elegido, incluso con la oposición pública de altos mandos del ejército, Petro nombró ministro de Defensa a Iván Velásquez, un reputado jurista que también hizo carrera denunciando los atropellos de algunos militares durante el conflicto entre el Estado y las guerrillas.
Petro llega al poder con la promesa de la "paz total". Además de lograr acuerdos con los grupos armados vigentes en busca de su desmovilización, el nuevo presidente espera generar condiciones para resolver las causas de la guerra: la desigualad en la propiedad sobre la tierra, la falta de oportunidades en el campo, el narcotráfico.
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