MEXICALI, B. C. (SBC).- ¿Qué podemos esperar de un mundo en que los hombres se matan unos a otros con tanta ligereza? Mediante esta afirmación y este comportamiento se puede evidenciar que la historia del hombre siempre ha sido la misma. No hemos extraído ni aprendido aun las lecciones de las experiencias y de los errores pasados. Nos oponemos a todo sentimiento de fraternidad. Exaltamos las divergencias de ideas y los instintos primitivos que esta desencadena. Nos anima el orgullo, los celos y la envidia la violencia y el odio. Eso somos.
Se puede no estar de acuerdo con un sistema de cosas existentes. Esto se puede combatir cuando no son motivados por el odio y la violencia. No considero ésta una razón lógica para salir a la calle con el odio en el corazón y metralleta en mano y asesinar ciegamente a inocentes que nada tienen que ver con el odio y la violencia de quienes la han generado. Estos inocentes a su vez tienen familias que cultivaran el mismo espíritu de odio y violencia, cuando se vean conducidas por otros hombres que tampoco le aportaran la felicidad, la paz y las condiciones de vida que reclaman.
La única manera de neutralizar la corriente de odio y de violencia que está atravesando el mundo de hoy, es oponerle la practicada por los hombres de buena voluntad no importando si es de izquierda o de derecha, creyentes o no creyentes, una corriente de vida transformadora y a su vez mas fuerte que el odio y el fanatismo político y religioso que conduce a los hombres al terrorismo y a la violencia.
Una corriente que abra los corazones y despierte las conciencias de todos y cada uno.
TODOS DESEAMOS SOBRESALIR
El hombre puede ser lo que se determine a ser. Puede ser amo o siervo. De él depende que llene los altos puestos en la vida, que sirva o sea servido, que conduzca o sea conducido, que sea enfermizo o saludable. Todos deseamos sobresalir. Este deseo es una inspiración del espíritu que siempre nos fuerza mirar hacia arriba. Debemos fomentarlo y cultivarlo en la dirección correcta, para no perdernos en el intento.
Un hombre sin ambición es como un barco que flota sobre las olas sin vela ni motor. Un hombre así simplemente vaga; si llega a puerto seguro es por casualidad. Pero un barco con las velas desplegadas o con motor necesita otra cosa importante y eso es el timón. Entonces necesita un hombre o mujer que maneje ese timón y ese hombre o mujer necesita otra cosa confianza en si mismo para poder llevar a ese velero a puerto seguro.
REFLEXIONES
-Si quieres ser sabio, aprende a interrogar razonablemente, a escuchar con atención, a responder serenamente y a callar cuando no tengas nada que decir. -Johan Kaspar Zavater-
-La inteligencia consiste no sólo en el conocimiento, sino también en la destreza de aplicar los conocimientos en la práctica. -Aristóteles-
-Para aquellos que creen, ninguna prueba es necesaria; para aquellos que no creen ninguna cantidad de pruebas es suficiente. -San Ignacio de Loyola-
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