Nace un grito en la narrativa latinoamericana como una forma de denunciar las injusticias sociales y la represión política que se vivió en ese momento y que inevitablemente se siguen viviendo, convirtiéndose dos movimientos en corrientes que aún están vigentes y que están muy lejos de tener fecha de caducidad.
El realismo mágico tiene predominio en el boom literario porque refleja la situación política y social que latinoamerica estaba viviendo, pero por medio de lo fantástico, las leyendas, creencias y ritos de la antigüedad, cuyo resultado da la descripción de paisajes, ciudades y costumbres que se vivían durante la época prehispánica adaptadas al momento actual.
Tanto el realismo mágico como el boom literario están totalmente unidas, porque ambas buscaron romper con moldes de narrativa tradicionales, buscaron contar una historia completamente ficticia basada en hechos reales.
De manera un poco burda, y en palabras más simples, el realismo mágico abre las puertas a un lugar en donde se puede decir que “la realidad coexiste con la fantasía”, donde existe una discordancia con los hechos narrados de una manera exagerada aceptada por los personajes y por el autor.
Así como dijo una vez García Márquez en una charla que tuvo con Pablo Neruda, espera usar el lenguaje poético con todos sus rasgos de metáfora, analogía, hipérbole, escenas grotescas bellamente descritas como una forma de responder a preguntas que tienen respuesta solo dándole vuelta al entorno y plasmandolas en escenarios fantasticamente reales.
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