* Una agresiva bacteria destruyó la córnea del paciente.
* Bastaron sólo siete días para lograr el trasplante.
Semanario Balún Canán/ TIJUANA, B. C., (SBC).- La oportuna intervención de especialistas del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Baja California evitó que Julio César “N” perdiera su ojo izquierdo.
Con miopía y astigmatismo, Julio utilizó durante ocho años lentes de contacto. Para él, algunas molestias en sus ojos se hicieron cotidianas, así como la utilización de gotas lubricantes.
El paciente contó que un viernes despertó con irritación y dolor leve, razones por las que decidió no utilizar los lentes de contacto durante dos días; sin embargo, lejos de mejorar, sus síntomas empeoraron.
Por ello, un domingo acudió a su trabajo, donde fue sometido a una revisión en el servicio médico y le informaron que su situación era delicada, por lo que fue remitido al área de Urgencias del Hospital General Regional (HGR) No. 1 del IMSS en el estado.
Los oftalmólogos del HGR No. 1 del IMSS en Tijuana lo revisaron y el diagnóstico no fue nada prometedor. Una agresiva bacteria infectó su ojo, provocando severos daños, entre ellos, la perforación de la córnea.
“Las doctoras me informaron que más allá de recuperar la vista lo más importante era conservar el ojo, controlar la infección, a fin de evitar la necesidad de extirparlo. Fue muy impresionante para mí”, recordó Julio.
Los especialistas analizaron el caso y buscaron opciones para salvar el órgano. Se trataba de un hombre de 41 años, productivo, casado y con tres hijas adolescentes. La única opción era llevar a cabo un trasplante de córnea.
Natalia Hernández Martínez, oftalmóloga y trasplantóloga del HGR No. 1, explicó que “se trataba de un buen candidato para la cirugía, por lo que se pidió el apoyo a Nivel Central, se consiguió el tejido corneal y sólo unos días después de su ingreso a Urgencias se le realizó el trasplante”.
A siete días de haber llegado al hospital, Julio fue operado, y para sorpresa de propios y extraños, debido a la exitosa técnica de la cirugía, 24 horas después se encontraba ya en casa recuperándose.
“Estoy muy agradecido con el Instituto, con las doctoras, enfermeras, camilleros, con todo el personal por el trato que recibí. Fue increíble la manera en que se movilizaron para salvar mi ojo; todo mundo me dice que un trasplante es muy difícil de lograr y a mí el Seguro Social me lo ofreció en menos de una semana”, expresó el paciente.
Julio ha dejado a un lado los lentes de contacto, ha dejado de ver sólo luz y sombras, para dar pie a colores y figuras; a reconocer su entorno y a continuar con su tratamiento de recuperación, por lo menos seis meses más.
Cabe destacar que todos los procesos de procuración y el trasplante se hacen en apego a los protocolos de bioseguridad para evitar los contagios por COVID-19, para ello se realizan pruebas PCR tanto a los donadores como a los receptores.
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