TIJUANA, B. C. (SBC).- Es molesto, incluso grosero, el que funcionarios públicos, aprovechando el cargo o puesto, se otorguen concesiones, permisos y licencias, o sea, “se sirvan con la cuchara grande”, no obstante que la ley lo prohíba.
Este tipo de individuos, se ubica perfectamente dentro de la clasificación de gandallas, considerando como tales, a quien saca ventaja de su posición, así como al que “se pasa de listo”, el vivaracho u oportunista.
El Diccionario de Mexicanismos, define como gandalla, a aquella persona que, de manera artera, se aprovecha de alguien o se apropia de algo. En muchos de los casos aprovechando su posición política o cargo público, la representación que ostenta respecto de determinado grupo social, político o económico.
O aquellos que presumen de influencias, por ser amigos del amigo del primo de determinado funcionario público, y llega a una oficina de gobierno, exigiendo atenciones y privilegios, y hasta amenaza con correr a quienes no los atienden, como quisieran.
En el 2013, Gabinete de Comunicación Estratégica, realizó una encuesta sobre los gandallas, definiendo como tal al que trata de sacar ventaja, para resolver una situación, considerándose a sí mismo como más listo, vivaracho y oportunista. Para 4 de cada 10 mexicanos, le identifican como gandalla, o abusivo por naturaleza.
A propósito de esta clase d individuos, cabe recordar que en la última sesión de cabildo del XX Ayuntamiento, el entonces alcalde Carlos Bustamante Anchondo, otorgó 72 concesiones para instalar en la vía pública anuncios espectaculares, conocidos como carteleras. De esas, 9 fueron para Publicyr, S.A. de C.V., de la que son socios en un 50% cada uno, el propio Bustamante Anchondo y su hijo Carlos Bustamante Aubanel.
Otras 17 concesiones, fueron para Anuncios e Imagen, S.A. de C.V., de la que son socios Miguel Angel Ledesma Romo, con 46 acciones, así como Angélica Fimbres Moreno, Yolanda Romo Hernández, Laura Ledesma Romo y Arturo Ledesma Romo, este último Síndico Procurador del XXI Ayuntamiento, que encabeza el Dr. Jorge Astiazarán, con una acción cada uno.
En el caso de las concesiones de Publicyr, S.A. de C.V., se otorgaron ilegalmente, y por lo tanto son nulas de pleno derecho, pues el entonces Alcalde se benefició a sí mismo y a su hijo, contraviniendo la prohibición prevista en la Fracción X de la Ley de Responsabilidades de los Servidores Públicos del Estado de Baja California.
De manera clara y contundente, dicho ordenamiento jurídico prohíbe a los funcionarios públicos : “Otorgar, en contravención a las leyes, Reglamentos y disposiciones administrativas, sistemas y procedimientos establecidos, por sí o por interpósita persona, contratos, concesiones, permisos, licencias, autorizaciones, estimaciones, franquicias, exenciones, finiquitos o liquidaciones en materia de obras públicas, adquisiciones, arrendamientos, enajenaciones y prestaciones de servicios de cualquier naturaleza, colocación o transferencia de fondos y valores de recursos económicos públicos o su otorgamiento indebido, sin documentación comprobatoria”.
El caso es que, no obstante que las concesiones en mención, son nulas, por ilegales, emisarios del propio Bustamante han acudido al gobierno municipal, a tratar de cubrir el costo de las mismas, aprovechando el decreto de regularización de carteleras, aprobado por el Cabildo del XXI Ayuntamiento, el pasado lunes 18 de julio.
El exalcalde ha de haber hecho un enorme berrinche, al ser advertido, que las concesiones de su empresa Publicyr, S.A. de C.V., no son regularizables, por ilegales. De actuar, conforme a sus facultades, el Síndico Procurador, Arturo Ledezma Romo, ya hubiera iniciado el procedimiento para declarar la nulidad de las concesiones de la empresa de Bustamante.
Pero también debería hacer lo mismo, con las 17 concesiones otorgadas a la empresa de su familia, de los Ledesma Romo, de la que el propio Síndico Procurador es socio, no tanto porque se hayan otorgado en forma ilegal, sino porque cuentan con un total de 87 carteleras, sin licencia. Es más debería iniciar procedimiento de responsabilidad en contra de los funcionarios competentes, que han tolerado tal irregularidad.
Es más que controvertido y absurdo, el decreto de regularización de carteleras, aprobado por el Cabildo del XXI Ayuntamiento, porque evidentemente se pretende premiar a los gandallas, que cuentan con 700 carteleras sin licencia o concesión y por lo tanto que no tributan ni un peso al gobierno municipal por las mismas.
Es formidable, que el gobierno municipal, cancele multas y recargos relativos al impuesto predial, a familias que afrontan difíciles condiciones económicas, pero es incorrecto y criticable, que premie a los gandallas, a los que de manera deliberada han omitido cumplir con la legislación que regula la instalación y explotación de carteleras publicitarias.
Peor sería, que tipejos, como los Bustamante y los Ledesma Romo, también fuesen beneficiados con tales disposiciones, no obstante las ilegalidades en que se incurrió al otorgarles concesiones, o al instalar espectaculares sin previo trámite de autorización.
Por eso la referencia de los gandallas. En la encuesta de Gabinete de Comunicación Estratégica, el 40.6 por ciento de los encuestados, opinó que los mexicanos son gandallas por naturaleza.
Hay muchos tipos de gandallas. Quien quiere sacar ventaja de todo. Quien abusa del poder. El prepotente. La mala persona, ventajosa. Y quien reúne todas o una sola de esas características.
También se califica como gandalla, al que se mete en la fila, al que se estaciona en doble fila, al que se pasa un semáforo en rojo, al ventajista, al poderoso y abusivo. Cabe observar que los gandallas existen, porque son cínicos, descarados y sinvergüenzas. Pero, tanto peca, el que mata la vaca, como el que le agarra la pata.
gil_lavenants@hotmail.com
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