miércoles, 9 de julio de 2014

Expediente Confidencial: El procurador que no procura


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MEXICALI, B. C. (SBC).- El audio de la comparecencia que tuvo el procurador de los Derechos Humanos y Protección Ciudadana, Arnulfo De León Lavenant, ante la comisión de Hacienda y Presupuesto, debiera bastar para que se marchara de un cargo al cual, ateniéndonos a lo que dijo, no ha honrado.
Uno lo escucha y no da crédito a tanta caradurez.
La forma en la que justificó el uso de recursos públicos en indemnizaciones laborales que, a todas luces, eran innecesarias, deja muestra clara del nivel que tiene un procurador que no procura los derechos humanos, sino que, por el contrario, los pisotea, justificándose con explicaciones cuyo nivel es a ras de suelo.
Mire usted estas penosas viñetas:
- De León no tiene empacho en confesar que deseaba llenar la nómina de personas cercanas, cosa que le parece "lógica": "Yo entré con 18 personas (...). Es lógico un cambio administrativo. Por eso se llama cambio administrativo. Ahí se dan los primeros 18 despidos".
O sea, el procurador corrió a 18 trabajadores simple y sencillamente porque el quería poner ahí a su gente. Evidentemente, soslaya que un "cambio administrativo" no requiere de hacer despidos, sino que puede mejorarse el rendimiento con base en la aplicación de mejores procedimientos y políticas de trabajo. Lo demás es querer colocar compadres.
- Después, Arnulfo no se ruboriza al relatar como aceptó ser parte de una práctica corrupta. Dice que el 11 de junio de 2012 le solicitó al Congreso del Estado un monto de 2.5 millones de pesos para finiquitos y que tres diputados avalaron la idea, pero a cambio de nueve plazas para gente de ellos.
De León agrega que les dijo "dame el dinero para finiquitar y te doy esos espacios". O sea, ¡acepto ser parte de algo indebido!, a cambio de salirse con la suya porque, vale la pena reiterarlo, no era necesario correr a nadie.
Todavía De León tiene el descaro de darse golpes de pecho y decir que es "un hombre de buena fe", al tiempo que califica la falta de recursos para correr a quien le venga en gana como "un agravio".
Sin embargo, el hombre de "buena fe" resultó vengativo cuando le jugaron el dedo en la boca. Así, relata como "ya una vez que vi que no me habían dado los recursos, los tuve que despedir (a los nueve contratados a petición de los diputados), con las consabidas nueve demandas". O sea, ojo por ojo...
- La diputada panista Rosalba López Regalado le pregunta a De León '¿Cuántas personas ha retirado de la Procuraduría de los Derechos Humanos?'.
Y De León se hace como que la Virgen le habla. Primero, vuelve a justificar el uso de recursos públicos con ese fin "porque hubo confianza en los diputados anteriores". Es decir, confió en que, metiendo a los nueve compadres de esos parlamentarios, le iban a cumplir su capricho.
Luego, empieza a jactarse de logros durante su gestión. Que ahora hay "oficinas propias en Rosarito, que se compraron", como si eso fuese una necesidad. Y luego, se avienta una que no tiene perdón de Dios: "Desde hace dos años, a raíz de que llego, ya no hay colas en el retén militar de la (laguna) Salada, gracias a todas las gestiones que he hecho".
Habría que recordar que, si ya no hay colas en ese retén, es gracias a las peticiones de los líderes empresariales de la capital del Estado a quienes les tocó esa etapa, como Guillermo Galván Sariñana, Jorge Cervantes Arenas, José Ángel Záizar Prado, Mario Armando García Gratianne, entre otros.
Sería bueno que De León también hablara de la madera importada que compró en Home Depot, o del autolavado cargado a la cuenta de la PDH, de acuerdo con las facturas de gastos que le entregó al Orfis.
O cómo le hizo para gastarse 20 mil pesos del presupuesto para 2013 en apenas los primeros tres días del año anterior.
Y luego afirma que "un sinnúmero de diputados nos ven en los retenes, trabajando". No sé si los diputados lo hayan visto, pero este columnista no lo ha observado ni una vez en los que se ubican en la laguna Salada y al regresar a Mexicali desde San Luis Río Colorado. Tal vez De León está ahí en horas de la madrugada. Y a esa hora, el que esto escribe no anda circulando.
Como no le responde a la pregunta, López interrumpe a De León y le precisa: "Le estoy preguntando por la cantidad de empleados que han sido retirados". Es hasta entonces que el procurador informa que ha corrido a 56 trabajadores y que "hemos finquitado a la gran mayoría que accedió a que se le pagara. Nos quedan nada más 17 personas, que nos han demandado por sumas un poquito altas. Son 17 personas que no quisieron negociar".
¿Negociar? ¿El procurador de los Derechos Humanos y Protección Ciudadana, que tendría que velar por los derechos laborales de los bajacalifornianos, se queja de que 17 trabajadores no quisieron "negociar" los suyos?
El mundo al revés.
- López inquiere: "¿Cuándo usted, sin contar con el presupuesto y los recursos suficientes para poder indemnizar, tomó la decisión de seguir retirando (personal), con el conocimiento de que esto le causaría daño patrimonial a la misma procuraduría?".
De León responde: "(Después de) un año que estuve con puras promesas". O sea, si no me dan el dinero por la buena, lo tomo por la mala.
El procurador justifica los despidos afirmando que se dieron porque esos empleados "no se han sumado al esfuerzo de trabajo".
¿De qué esfuerzo de trabajo habla De León?
La causa judicial 4050/14/2011/AP que mantiene abierta Nohe Ramos Balderas, ex empleado de la PDH, contra De León, nos lo precisa. Ramos afirma en su declaración que fue cesado de la instancia defensora de los derechos humanos por negarse a participar en la campaña de Fernando Jorge Castro Trenti para alcanzar la gubernatura.
Es otra viñeta, una más, que pinta de cuerpo entero al actual ombudsman estatal, al hombre que se autodefine como "de buena fe", pero que se subió el sueldo de 75 mil a 92 mil 900 pesos mensuales. Un hombre que, de ninguna manera, puede seguir estando al frente de la Procuraduría de los Derechos Humanos y Protección Ciudadana. Sus propios dichos lo descalifican.
Pero aparte de eso, la preocupación del actual procurador no debiera ser sostenerse en su puesto, sino preparar su defensa para un virtual juicio político-hay una solicitud ya en trámite-, donde las sanciones legales pueden ir mucho más allá de una simple destitución.
Comentarios: gerfragoso@gmail.com

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