miércoles, 27 de noviembre de 2013

"Narco política al desnudo"

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* De un  “hacker” del Estado Mayor Presidencial se desmadeja la red de corrupción nacional, que opera a través de esos enlaces de “inteligencia” para “lavar dinero del narcotráfico” mediante “hackear”  cuentas bancarias
TIJUANA.B. C. (SBC).- De un “pequeño” incidente, como fue el ganar una licitación de obra de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) en Rosarito, los atentados resultantes y la relación con un individuo que resultó ser un agente especial y “hacker” del Estado Mayor Presidencial, se desmadeja la red de corrupción nacional, que opera a través de esos enlaces de “inteligencia” para “lavar dinero del narcotráfico” mediante “hackear” cuentas bancarias.

Por mera casualidad el arquitecto Martín Pablo Gutiérrez Serrano se vio desde el 2010 a la fecha inmerso, como víctima, en una complicada red de la narco política mexicana, de la cual no han sido ajenos, por supuesto, los Presidentes de la República, pero que manejan a la perfección los Secretarios de Gobernación y titulares de la PGR, junto con el Estado Mayor Presidencial.
El arquitecto mencionado fue víctima de extorsión por un total de 405 mil pesos, por el propio ex Secretario de Gobernación, Alfonso Alejandro Poiré Romero, y su “hacker” agente preferido, el ingeniero Alejandro Rivera, con la promesa de “hacerle justicia” en una demanda penal que interpuso el mismo arquitecto Gutiérrez Serrano contra el ingeniero José Miguel Olea Castro, Residente General de la CFE Región II de Rosarito, por haberle intentado extorsionar, y por haberle secuestrado, chantajeado y amenazado.

Esa asombrosa relación sui géneris se dio, como antes se decía, por mera casualidad, pues le tocó al arquitecto Martín Pablo Gutiérrez Serrano ser contratado para realizar trabajos de ampliación de la vivienda de Alejandro Rivera, ubicada en Calle Ébano número 4366, interior número 20, Privada Monte Blanco del Fraccionamiento Urbi Quinta Del Cedro, Tijuana, Baja California, con clave catastral KC-051-790.
Luego de un tiempo de amistad trabada entre ellos, Alejandro Rivera, que al parecer es Ingeniero en Computadoras y Sistemas Digitales, le confesó que es agente especial y “hacker” del Estado Mayor Presidencial, habiéndole tocado en suerte trabajar para el ahora ex Presidente Felipe Calderón Hinojosa, y ahora para el Presidente Enrique Peña Nieto.
De lo que presume Alejandro Rivera, que también se hace llamar como Efraín Blanquel o Efraín Zamora; se lo demostró al arquitecto Gutiérrez Serrano desde que Alejandro Poiré Romero era Secretario de Gobernación, enlazándolos en “video-conferencias” en las que se estableció el trato-compromiso de ayudarle a que se encarcelara al Residente de la CFE, el cual ya había sido consignado por la Agencia del Ministerio Público ante Juzgado Penal, pero que dicho Juzgado nunca liberó la orden de aprehensión y de prisión correspondientes, claro está, gracias a influencias de la misma CFE.
Por la relación con el ingeniero Rivera, el ahora ex titular de Segob, Poiré Romero se ofreció a demostrar que él tenía más influencias que el ingeniero José Miguel Olea Castro “dentro de la mafia de la CFE”, y le prometió al arquitecto Martín Pablo Gutiérrez que no solamente lograrían el encarcelamiento del funcionario de la Comisión Federal de Electricidad, sino que además lograrían que se le pagara una millonaria suma de dinero por “reparación de daños”.
Así fue como se estableció una mecánica de extorsiones al arquitecto Pablo Gutiérrez, que era obligado a entregar dinero por cantidades de 40 mil, 50 mil, 60 mil, y 70 mil pesos, y depósitos de 15 mil pesos, todo lo cual sumó en unos meses la cantidad de 405 mil pesos, todo lo cual, según Alejandro Poiré (Segob) y el “hacker” Alejandro Rivera, eran para “hacerle regalos y comidas a funcionarios públicos”, con el fin de “hacerle justicia”.
Cabe resaltar que del dinero que supuestamente lograrían hacer que le pagaran al arquitecto Pablo Gutiérrez, por “reparación de daños”, sería repartido de la siguiente manera: la mitad para el afectado, o sea, el arquitecto Gutiérrez Serrano, y la otra mitad para Poiré y Rivera.
Todas las operaciones, por supuesto, se realizaron con el mayor sigilo y precaución, procurando en todo momento que el afectado no tuviera ninguna prueba de lo que ahora delata, y que, a pesar de todos los cuidados que tuvieron Poiré y Rivera, también por mera casualidad el afectado, el arquitecto Martín Pablo Gutiérrez, tuvo acceso a un maletín con mucha prueba documental de la complicada red de corrupción que ahora se devela.
El contenido de ese maletín está en poder del FBI, pues resulta que ese contenido incluso es la prueba documental de las relaciones entre la Presidencia de la República Mexicana y el capo más buscado por Estados Unidos: Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera.
Parece increíble cómo la casualidad puso en manos de un arquitecto tan fuertes indicios de la relación entre el narco y la política en México, pero hay estados de cuenta, fichas de retiro, claves de envíos de dinero, documentos de identidad, fotografías, boletos de viajes, números de radios, números de celulares, y varias otras documentaciones del “trabajo sucio” de los agentes y “hackers” del Estado Mayor Presidencial para “lavar dinero del narcotráfico”, es decir, cantidades como son 100 millones de dólares mensuales para que dejen operar al “Chapo” Guzmán.

Enlace criminal

El ingeniero Alejandro Rivera sirve como “hacker” de enlace financiero del Gobierno de la República y el capo Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera, siendo su trabajo el de hacer transacciones electrónicas millonarias entre políticos importantes y narcotraficantes, así como “lavado de dinero” creando “empresas fantasmas”, o bien, “empresas tapadera” del narco, y “hackear” cuentas bancarias.
Es tan bueno en su trabajo el ingeniero Alejandro Rivera que, el General Guillermo Galván Galván, cuando fue Secretario de la Defensa Nacional (SEDENA), le regaló al mencionado “hacker” un carro Mini Couper de lujo, con placas AKF-95-44, de Baja California, “en agradecimiento porque le depositó un “dinerito” que le mandó “El Chapo” (Joaquín Guzmán Loera) en septiembre de 2012”.
También favoreció con las ingeniosas transacciones electrónicas millonarias a la licenciada Maricela Morales, hoy ex titular de la PGR, y al licenciado Antonio Vivanco Casamadrid, Director General de la Comisión Federal de Electricidad.
Alertas por el Operativo implementado por Estados Unidos en territorio mexicano, denominado “Rápido y Furioso”, el Estado Mayor Presidencial le comunicaba al “Chapo” con anterioridad acerca de los operativos; esto, a través de los muchos “hackers” que tiene la Secretaría de Gobernación.
Por comentarios del propio Alejandro Rivera al arquitecto Martín Pablo Gutiérrez, trascendió que cuando se enteró Felipe Calderón Hinojosa que su Secretario de Gobernación, Alejandro Poiré estaba haciendo “negocios por su cuenta”, y “no le compartía ganancias”, estalló en furia contra el “lic” (así le decía a Poiré), y Rivera comentó: “ni modo que Calderón tumbe otro helicóptero o avión; ya sería demasiada coincidencia 3 Secretarios muertos “accidentalmente” en su sexenio”.
Asimismo, en los primeros días de su mandato, en diciembre de 2012, el Presidente Enrique Peña Nieto “le puso una “cabotiza” (o sea, una regañada fuerte) al doctor Alejandro Poiré Romero, por las movidas de los casinos, ya que perjudicaron a la familia Rojas Cardona, amigos muy cercanos de Peña Nieto”.
Martín Pablo Gutiérrez señala que el ingeniero Alejandro Rivera le ofreció exportar cocaína a los Estados Unidos, así como “formar” cinco empresas para el “lavado de dinero”, pero Martín Pablo Gutiérrez se negó.

Secuencia de extorsiones y atentados

Ante la PGJE y ante el Consulado de México en San Diego, el arquitecto Martín Pablo Gutiérrez Serrano, radicado en Chula Vista, California, presentó denuncias formales contra el ingeniero Alejandro Rivera, el doctor Alfonso Alejandro Poiré Romero, Angel Rivera Reyes, Laura Reyes López y María Cecilia Alejandra Vargas Zárate, por los delitos de extorsión, secuestro express, Asociación Delictuosa y lo que resulte.
Todo empezó, sin embargo, con el conflicto que tuvo el arquitecto Gutiérrez Serrano con el ingeniero José Miguel Olea Castro, cuando el arquitecto ganó el 11 de agosto de 2010 la licitación del Contrato SDC-RGROS-IV-03/10, de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) en Rosarito. Quizá la obra el ingeniero Olea Castro quería asignársela a otra persona, pero el caso es que, cuando el arquitecto Pablo Gutiérrez empezó los trabajos, fue víctima de extorsión, secuestro, chantajes y amenazas, por personal de la CFE, dirigidos por el ingeniero Olea Castro.
“Gracias a un Agente del Ministerio Público honesto de la PGJE en Rosarito, el ingeniero José Miguel Olea Castro está consignado a un Juez Penal, por los delitos de secuestro equiparado, extorsión y concusión; todo esto a pesar de que la CFE siempre lo defendió y protegió”. Sin embargo, “misteriosamente” hasta la fecha no se han girado las órdenes de aprehensión y de prisión correspondientes.
En septiembre del 2011 el arquitecto Martín Pablo Gutiérrez fue contratado por el ingeniero Alejandro Rivera para ampliar la vivienda ubicada en Urbi Quinta Del Cedro, en Tijuana, con la particularidad de que el contrato fue verbal, ya que Rivera no quiso firmar ningún documento y los pagos siempre los hizo en efectivo.
Con el tiempo, ya en confianza, el ingeniero Rivera le reveló a Gutiérrez Serrano que es un elemento especial perteneciente al Estado Mayor Presidencial, y de hecho, aparte de sus credenciales, según sea la ocasión y el caso, utiliza autos con el escudo del Estado Mayor Presidencial.
Naturalmente, al ver eso, el arquitecto Martín Pablo Gutiérrez le platicó al ingeniero Rivera acerca de su demanda penal contra el ingeniero Olea Castro, y el ingeniero Rivera le prometió ayudarle, valiéndose de su amistad con el entonces Secretario de Gobernación, Alejandro Poiré Romero. Esa plática fue en enero de 2012 y en febrero de 2012 el ingeniero Rivera hizo contacto con Poiré para presentarle en una video llamada al arquitecto Martín Pablo Gutiérrez, habiéndole platicado previamente del caso.
Poiré en la video llamada le comentó al arquitecto Gutiérrez que en la Comisión Federal de Electricidad “hay una mafia muy poderosa”, pero que los iba a castigar y hacerle justicia a Gutiérrez Serrano, por lo que le giró instrucciones al ingeniero Rivera para que personalmente le sirviera de enlace con el afectado, y el 30 de marzo de 2012 Poiré le dijo directamente a Martín Pablo Gutiérrez que castigaría penalmente a los servidores públicos involucrados y le indemnizarían por los daños sufridos, pero que “es un trato que debes aceptar: la mitad del pago de indemnización será para ti, y la otra mitad nos la repartiremos el buen Alex (Rivera) y yo”.
A partir de entonces, relató el arquitecto Martín Pablo Gutiérrez Serrano, empezó a ser extorsionado, “condicionando y subordinando la justicia a la extorsión y las conductas antijurídicas”.
Desde el 4 de abril de 2012 mediante llamadas de radio nextel, diferentes, y llamadas de celulares, también diferentes, el arquitecto Martín Pablo Gutiérrez recibía indicaciones para retirar de su cuenta bancaria cantidades de 40 mil, 50 mil, 60 y 70 mil pesos, para entregarle el efectivo a Alejandro Rivera, que siempre iba acompañado de su esposa Laura Reyes López, o de su hijo Angel Rivera Reyes. El ir así escoltado, vigilado, hostigado y presionado, se tipifica como “secuestro express”. Por supuesto, siempre le pedían las fichas correspondientes, para que Gutiérrez no tuviera manera de comprobarles nada, en caso de que se quisiera “salir del huacal”.
Si bien muchas entregas se hicieron en efectivo, otras fueron depósitos bancarios a nombre de María Cecilia Alejandra Vargas Zárate, que según supo, es amante de Alejandro Poiré.
Todo documento el ingeniero Rivera lo guardaba en un maletín gris que llevaba a todas partes con él.
Casualmente el pasado 18 de febrero de este año 2013 que está por terminar, el ingeniero Rivera invitó al arquitecto Gutiérrez a comer a su casa, y como en otras ocasiones, delante de Gutiérrez consumió cocaína, “cristal” y marihuana, así como bebidas alcohólicas, lo que en esa ocasión le hizo perder la noción de sus actos y dejó olvidado el maletín en el auto del arquitecto Gutiérrez.
Posteriormente, el 26 de febrero de este mismo 2013 Rivera le reclamó a Gutiérrez airadamente a causa del maletín, diciéndole textualmente: “no se haga pen… inche ingeniero; esa mochila trae muchos …inches papeles comprometedores, regrésemela o si no lo voy a chin…ar; acuérdese para quién trabajo, soy agente especial del Estado Mayor Presidencial, trato directamente con Osorio Chong (el actual Secretario de Gobernación), con Peña Nieto (actual Presidente de la República) y con el jefazo, el …ingón, el “chapulín colorado” Joaquín Guzmán Loera”.
La información de esa maleta está en manos del FBI, entregada personalmente por el arquitecto Martín Pablo Gutiérrez en San Diego a un agente de la mencionada agencia.

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