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TIJUANA, B. C. (SBC).-En el documento que el
exalcalde de Tijuana Jorge Ramos Hernández, leyó ante los comunicadores a
inicios de la semana que recién concluyo, uno de sus párrafos, el que,
según él, es el fundamento por el cual declino en su búsqueda, tonta por
cierto, de la candidatura a la gubernatura del estado por parte de su
partido, el PAN, resulta y resalta la reflexión tardía del predador
económico del gobierno local, que se traduce en un insulto para los
tijuanenses.
En su epístola Ramos Hernández, refiere que "es la desunión que perciben
en mi partido y los recurrentes pleitos internos por lograr
candidaturas" lo que ¨exigen de mi absoluta responsabilidad, es momento
de poner el interés superior, el bien común por encima de los intereses
particulares por más legítimos que sean".Al conocer la segunda frase, es irremediable el pensar, el que por qué hasta ahora Jorgito lo reflexiono, por qué no lo entendió al inicio de su gestión, el que todo gobernante debe de anteponer los intereses de la comunidad que gobierna, a los intereses propios o de sus allegados. Si esta cavilación Ramos la hubiera hecho, Tijuana no se encontraría en el hoyo económico en que la hundió, y de la que por cierto, jugosas ganancias saco.
Hoy, en una acción mediática, protagónica, como las que a él le fascina realizar, da un paso de costado en la lucha por la candidatura a la gubernatura, contienda a la que se sumo por el simple hecho de salir del ostracismo político en el que se sumió durante la campaña electoral presidencial, pero que no representaba para el nocivo exalcalde tijuanense, ninguna posibilidad real de conquistar la candidatura.
Se suma a la figura de Francisco Vega de la Madrid, aquí resta al también exalcalde, si esta adición no le agrega más negativos que positivos, a lo mejor le sale más caro el caldo que las albóndigas al famoso ¨KJiKo¨, el acto de contrición de Jorgito Ramos.
Cuestión de sopesar.
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