lunes, 15 de octubre de 2012

Aprendiendo a vivir: Obesidad y ansiedad en México.


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Tijuana, B. C. (SBC).- La obesidad se ha convertido en unos de los principales problemas de salud publica que aquejan a la población mexicana, de acuerdo con estimaciones de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) México ocupo el segundo lugar como el país con mayor población obesa solo atrás de Estados Unidos. Además México se encuentra en el 4to lugar en obesidad infantil, esto ha provocado un aumento en los problemas cardiovasculares y en enfermedades crónico degenerativas en la población mexicana. Aunque se han aplicado políticas dirigidas a disminuir el problema de obesidad en México, dichas medidas no han tenido los resultados esperados, esto a causa de medidas de prevención que no abordan el problema desde una perspectiva integral. Comúnmente  la forma de prevenir la obesidad estaba enfocada en la atención nutricional, no obstante podemos observar que muchos problemas de obesidad no tienen un origen de tipo orgánico sino emocional.
Parecen pertinentes las acciones emprendidas por el gobierno como prevenimss, prevenisste, etc. Sin embargo es necesario conocer los factores emocionales que se encuentran relacionados con los problemas de obesidad. Mucha gente refiere haber sufrido aumento de peso después de situaciones donde vivió mucha ansiedad.
La ansiedad es uno de los principales factores que provocan que la persona coma en exceso, debido a un fenómeno presente en nuestro cerebro reptiliano, la parte más primitiva de nuestra estructura cerebral que se encarga de controlar nuestros instintos de supervivencia. Cuando la persona afronta situaciones que le producen estrés o ansiedad su cerebro busca consumir comida hasta estar totalmente saciado como mecanismo para enfrentar situaciones criticas (como el no comer por mucho tiempo) o de lucha, esto con la finalidad de la supervivencia. Este mecanismo fue útil para hacer frente a los peligros que encaraban nuestros antepasados con los animales prehistóricos o en las travesías nómadas, actualmente esta reacción ya es obsoleta para la vida moderna, lo curioso es que aun existe este mecanismo de supervivencia como forma de prepararnos para las situaciones de lucha o huida, que en la actualidad no son  de enfrentamiento con animales sino de disputas laborales, de pareja o problemas cotidianidad.
Por estos motivos es que ante condiciones de tensión o de amenaza emocional nuestro cuerpo reacciona como si fuera enfrentar a una bestia, por lo tanto tenemos manifestaciones corporales como la aceleración del ritmo cardiaco, respiración agitada, tensión muscular. Todas estas reacciones producen cansancio y desgaste de energía, razón por la cual nuestro cerebro manda la orden de comer excesivamente como forma de restablecer el equilibrio corporal.
Por otra parte el consumo de alimentos, activa nuestro sistema para simpático, lo que nos permite relajarnos y tener estados placer. Por tal motivo, mucha gente establece un condicionamiento entre la comida y los estados de tranquilidad, esta relación provoca que las personas vean a la comida como un tranquilizante ante sus situaciones de agobio, aumentando así  la frecuencia de consumo de alimentos incluso hasta de forma inconsciente. Si tomamos en cuenta que la ansiedad es considerada la nueva enfermedad de la humanidad podremos entender el porque la obesidad se esta convirtiendo en un grave problema de salud publica en México.

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