domingo, 15 de abril de 2012

Nada Personal

* Diputados... ¡recapaciten!
TIJUANA, B.C. BALUN CANAN.-
Los últimos acontecimientos generados en el interior de la Asamblea Legislativa son de espanto; es obvio que los partidos políticos no han entendido que ahora la ciudadanía está más pendiente de sus acciones, con una actitud más crítica y exigente. En su desmedido afán por mantener cuotas de poder o superar las de sus contrincantes, los partidos políticos no se percatan de que quedan completamente en evidencia frente a los ciudadanos que hoy más que nunca se mantienen en permanente fiscalización. A los diputados parece que se les olvida que sus cargos son el resultado de una elección popular, producto de la cual se les ha girado un mandato que están obligados a cumplir; parecen desconocer que no se les ha electo para que hagan lo que les dé la gana, sino para que legislen y actúen representando al pueblo en su conjunto, enfocándose en el interés general y no en intereses particulares, así sean los del mismo partido que los postuló.
De todos es conocido que nuestra Carta Magna exige que los diputados, para poder ser electos, deban ser de notoria honradez, siendo claro que tal requisito debe mantenerse y evidenciarse públicamente, al menos mientras duran en el ejercicio de sus encargos. Sin embargo, lo ocurrido alrededor de la última Sesión Plenaria de la Asamblea Legislativa solo puede confirmar que “algo está podrido”.
Causa indignación que hayan transcurrido tanto tiempo que Daniel de la Rosa fue designado Secretario de Seguridad Publica en Baja California y el Gobernador José Guadalupe Osuna Millán no ha sido cuestionado por la Asamblea Legislativa, por la ineptitud que ha mostrado ante la ola de violencia que se esta viviendo desde que tomo posesión, como tampoco ha hecho ninguna observación sobre la designación del flamante “comisario” de la referida institución, en lugar de discutir con seriedad sobre esa impostergable tarea, se apresuren sin ninguna justificación a discutir los nombramientos de los nuevos funcionarios en sustitución de los que se ausentaron en busca de una curul, incluyendo a los que todavía hace apenas unos meses fueron electos para sus funciones actuales.
Ha trascendido que tal atropello es el triste resultado de las sombrías negociaciones que se han generado entre los partidos políticos para repartirse las instituciones y los cargos que sí consideran estratégicos. Y como dentro de esa oscura estrategia partidaria, se encuentra la recomposición del Congreso de la Unión y la dirección de la misma Asamblea Legislativa, no han dudado en incluir dentro del paquete a negociar la posibilidad de elegir en este período a los “diputados sustitutos”, y con ello repartir desde ya los cargos directivos de la próxima legislatura.
Por los vientos que soplan, los actuales diputados harán caso omiso de la palabra empeñada y procederán a elegir a los nuevos diputados en sus nuevos cargos a pesar de que es la próxima Asamblea la llamada a hacerlo. Escudarse en el hecho de que tal distorsión ya se produjo en un período legislativo anterior equivale a decir que porque ya se obró mal una vez, hay que continuar haciéndolo.
Que en esa oportunidad no exista la beligerancia y presión de toda la sociedad civil que hoy sí existe, como tampoco pueda constituirse en excusa para pretender demeritar a quienes pedimos que sea la próxima Asamblea la que exija la comparecencia del secretario de Seguridad, no puede significar hacer oídos sordos al generalizado clamor de que cese la politización de las instituciones.
La sociedad civil ha ido madurando en su conciencia democrática, ha comenzado a perder el temor a criticar, dando muestras de que ahora se entiende mejor que la soberanía reside en el pueblo y no en sus mandatarios. Los ciudadanos ya no callan, ya no se resignan; ahora opinan, exigen y saben castigar con su voto lo que no les parece.
Pero mientras esperamos pacientes que el reciente receso legislativo permita a los partidos políticos reconsiderar su posición; este irreverente columnista les advierte que ya no queda espacio para seguir tolerando ilegalidades y oscuras componendas. Pero que conste… no es nada personal.

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