La mentira no importa cual pequeña parezca, es igual a un virus que se propaga y es capaz de dañar, destruir, y muchas de las veces aniquila. Es la principal enemiga de la paz, de la justicia. Entonces ¿por qué abundan con tanta impunidad periodística descomunales infundios que a menudo leemos o escuchamos?
A nivel local, existen desde hace muchos años algunos medios de comunicación locales que se auto proclaman veraces, grandes, libres y que amparados bajo su propia concepción de la ¨libertad de expresión¨ tergiversan la realidad, mienten sin rubores, sin pruebas fehacientes que comprueben lo que día tras día dicen, o lo que en tinta imprimen en papel, en la mayor parte de los casos sobre algunas personalidades públicas.
Descalifican, acusan, señalan y muchas de las veces estas difamaciones salen a la luz pretendiendo convencer a la gente de que cierto personaje es lo que señalan sin más explicación de por medio o la fuente de procedencia por protección a la fuente ¨fidedigna¨ que la otorga.
La ley es muy clara en cuanto a quienes cometen el delito de difamación y calumnia, según lo estipulado en los artículos 185 y 191 del Código Penal para el Estado de Baja California; de igual manera los medios de comunicación tienen el derecho de informar que no es lo mismo que difamar, según lo establecido en el Artículo 7mo de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y el Artículo 19 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos cualquier ciudadano mexicano tiene el derecho de no ser difamado sino existen pruebas que sustenten lo que se escribe sobre su persona según lo que establece en los Artículos 11 y 14 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos o Pacto de San José.
Sin embargo aún con la Constitución en una mano, y en la otra un puñal sigue dándose la divulgación de noticias falsas con el fin de desprestigiar. Quienes chantajean con mentiras desvirtúan la información y corrompen la profesión periodística, a la mentira se le suma la subinformación que es la falta de datos suficientes para formar una opinión sólida, así como la desinformación que es la manipulación y distorsión de los mensajes por motivos interesados por parte de los emisores. Las noticias cada vez son más sensacionalistas, para poder atraer la atención del apático ¨Homo Videns¨ y ante esta realidad se requiere que quienes nos dedicamos al ramo de la comunicación nos detengamos a reflexionar y analizar sobre nuestro desempeño y el rol que ejercemos en nuestro entorno.
Detenernos a pensar en la comunicación no sólo es exclusivo de los comunicadores, o de quienes ejercen el periodismo sino también de los lectores, del televidente, del radio escucha para que no terminen tanto nuestros cerebros como los de ustedes aceptando tanta bola de idioteces que nos dicen, que escuchamos o que leemos, contentos, calladitos y sin rechistar.
miércoles, 1 de febrero de 2012
VENTANA ABIERTA
TIJUANA, B.C.(SBC).-Enfermedad de muchos medios de comunicación. Miente, miente, miente que algo quedará, cuanto más grande sea una mentira más gente la creerá, es una de las famosas citas de Joseph Goebbels, quien fuera ministro encargado de la propaganda del gobierno de Adolfo Hitler en la Alemania Nazi
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