viernes, 3 de febrero de 2012

NO ES CUESTIÓN DE EDADES

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El Mejor Remedio
CAMPECHE, CAMPECHE.(SBC).-Hace un par de semanas mientras me encontraba sentado en una plaza escuché a una persona discutiendo con otra y debido a que su discreción era muy grande logré oír todo…

Toda aquella discusión iba dirigida hacia una sola cosa, la visita a un familiar al hospital. Luego de aquella discusión la pareja terminó separándose, una dirigiéndose al hospital y el otro se fue a sentar justo en la banca en donde me encontraba sentado leyendo un libro y escuchando un poco de música de piano de una de mis compositoras favoritas, Yoko Shimomura, para disfrutar mejor de mi lectura.
En fin, aquel sujeto se sentó a mi lado y como si hubiera contado en mi mente (3… 2… 1…)
el sujeto volteó a verme y me dijo: “Visitar a alguien a un hospital, bah; solo basta con medicamentos y se recuperará, no sirve de nada ir a visitarlo, ¿no lo crees? “

Yo simplemente miré a verlo y luego regresé a mi libro, supongo que él contó igual ya que segundos después, cerré el libro y me volteé para decirle lo siguiente:

“Mire señor cuando yo era pequeño me enfermé bastante y acabé un par de veces en el hospital pero aún conservo una gran enseñanza de la primera vez que estuve en un hospital y me operaron, ¿desea oírla?”

Supongo que como me buscó la plática primero ahora debía oírme (je je) y me contestó: “A ver muchacho, cuéntame”

Yo continué:
“Antes de entrar al hospital mi instinto de niño funcionó y dedujo lo siguiente:
Niño + Hospital = Juguete nuevo

Y efectivamente lo primero que hice fue pedirle un juguete a mi mamá, en ese momento como la mayoría de los niños, sentía una gran afición a los dinosaurios y recordé que días antes había visto un dinosaurio de juguete en una tienda, también recordé que no le quité la vista aun cuando mi mamá me llevaba de regreso a mi casa luego de no acceder a comprármelo… (Mirando al horizonte)

Como sea, mientras la “malvada enfermera” me colocaba la aguja en mi muñeca aproveché para pedirle a mi madre aquel dinosaurio de la tienda y me contestó: haré lo que pueda hijo.

Entré a la sala de operaciones y mientras la anestesia corría por mi cuerpo, recuerdo que lo único que en ese momento deseé fue estar con mi mamá, tenía mucho miedo.


Cuando terminó la operación y desperté lo único que quería era ver a mi mamá y cuando la pude ver de nuevo ella me entregó un dinosaurio, pero era uno de los que ya tenía, lo había lavado hasta dejarlo como nuevo y mientras me lo entregó me dijo que no tenía dinero para comprarme uno nuevo…

Yo sonreí y le dije que el mejor regalo que me pudo haber dado fue volver a verla, en ese momento aprendí que los medicamentos curan enfermedades PERO EL MEJOR REMEDIO ES ESTAR CON TUS SERES QUERIDOS.

Piénselo señor si usted estuviera en el hospital o incluso pasando por un mal momento, ¿no desearía más que nada estar al lado de las personas que ama?”

El señor se levantó y me dijo: “Muchas gracias joven, por darme esta enseñanza, ahora haré lo mejor, iré al hospital, en verdad muchas gracias”

“Fue un placer, amigo”, le contesté.

El señor se marchó hacia el hospital mientras yo hice lo mejor que pude: continuar con mi lectura…

Se despide su servidor y buen amigo que espera haberles sacado una sonrisa el día de hoy, recordándoles que saber EL MEJOR REMEDIO… “NO ES CUESTIÓN DE EDADES”.

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