viernes, 16 de diciembre de 2011
NO ES CUESTIÓN DE EDADES
* La Teoría del Pan con Mantequilla
CAMPECHE, CAMPECHE. BALUN CANAN.-He aprendido que cuando sientas que tienes un “día malo” y que todo parece ir de mal en peor, nunca, nunca hay que olvidar que no estamos solos, que tenemos amigos, que tenemos al mundo, la música, los libros, la naturaleza… TODO. Cierto día tuve la oportunidad de platicar con un buen amigo, el es un adulto joven, un adulto que apenas está construyendo su vida independiente, es un sujeto siempre positivo, he descubierto que si existen personas que miran siempre el lado bueno de las cosas y que no son como esas que se dejan llevar por un mal día, llegando a veces, a contagiarselo a otras personas :(.
Pero es cuestión de cada quien ¿no?... Si tienes un buen día, nada tiene por qué quitártelo.
Aquel amigo me compartió una experiencia que le había sucedido días atrás, pero antes de iniciar me preguntó: “¿Has comido pan con mantequilla?
Le contesté: “Claro que sí, de hecho me gusta mucho”
El dijo: “Es mi desayuno favorito y también guarda un gran poder”
Le dije asombrado: “¿Un gran poder?”
Y me dijo: “Si, es mi teoría, La Teoría del Pan con Mantequilla”
“La Teoría del Pan con Mantequilla mi buen amigo Oscar, nos dice que siempre cuando “por obra del destino” el pan se nos escape de las manos, siempre que caiga sin que lo esperemos, siempre, SIEMPRE caerá del lado de la mantequilla, dejando tu pan incomestible. Pero ¿sabes algo? Cuando eso pasa, nos está diciendo que el mundo está girando normalmente, que será un día normal, pero si un pan no cae del lado de la mantequilla indica que te pasará algo, ya sea algo o muy bueno o muy malo”
Continúa: “Pero en cierta ocasión Oscar, pasó algo…”
“Dormía, cuando de entre mis sueños oí mi alarma, ya sabes, la alarma que suena en el momento más interesante de tu sueño, pero al ver mi alarma noté que ya era demasiado tarde, que debía llegar al trabajo, así que lo que suelo hacer cada mañana con toda la calma del mundo lo debía hacer a contrarreloj. Me levanté, fui a la cocina, con los ojos medio cerrados preparé mi café y mis típicos panes con mantequilla, los metí al horno y mientras se calentaban, me eche un “baño ruso”; salí, no me detuve a pensar si mi ropa interior estaba al revés (risas), tomé el primer pan y de dos bocados me lo gasté, tomé el segundo cuando de la nada se me resbaló de la mano. Pude ver cómo la fuerza de gravedad hacía efecto en aquel pan y mientras caía yo gritaba en cámara lenta: NOOOOOO.”
“¡Rayos! Dije, pero, me quedé atónito cuando vi que el pan había caído y ¡no del lado de la mantequilla! Y entonces dije: “Oh, no”, levanté aquel pan y lo metí al horno, por respeto (risas), salí corriendo a mi auto y salí disparado ¡como si me persiguiera la suegra!; durante el camino oí sonar mi celular pero debido a que no me gusta contestar mientras conduzco y que no tenía tiempo de estacionarme decidí no contestar, el teléfono sonó tres veces más y no pude contestar.
“Llegué justo a tiempo a mi trabajo, miré mi celular y vi que ya eran ¡seis llamadas perdidas! Eran llamadas de mis amigos, así que pensé que tal vez había olvidado alguna fecha importante y ellos estaban recordándome. Obviamente lo primero que pensé fue en mi chica, en mi novia, en que si el pan dijo que algo sucedería el día de hoy, yo debía tratar de que no fuera algo malo y menos con mi pareja, intenté contestar pero resultó que ya no tenía saldo, me dije a mi mismo: “Es por el pan” así que no pude regresar la llamada y toda mi jornada de trabajo me la pasé pensando en qué pudiera ser, no dejaba de pensar que debía tener cuidado con mi pareja, que no se vaya a enojar conmigo por algo.”
“Terminando de trabajar, creo que hice lo correcto, fui a comprar flores para llevárselo a la “dueña de mi corazón” porque en verdad me preocupaba mucho por ella…
Oscar… a veces las cosas no pasan como se supone que deben pasar. Al llegar la vi con otro tipo y al verme simplemente se puso nerviosa y el tipo bajó la cabeza, siempre he sido una persona tranquila y he aprendido muy bien que no vale la pena pelearse por una mujer. Y menos cuando dice lo que ella contestó: “estaba a punto de hablarte sobre eso”. En mi mente solo pasó: “te maldigo pan con mantequilla”, regresé al auto muy indignado, las flores habían quedado tiradas en la puerta de su casa y al subir vi que mi teléfono sonaba de nuevo, contesté enojadamente: “¡QUÉ! ¡DEJENME EN PAZ!”; colgué bruscamente y me dirigí al bar más cercano...
Cuando estás en un bar bebiendo refresco y escuchando en tu Ipod “The Scientist” de Coldplay, amigo, no
estás bien.”
“Luego de un rato me dije a mi mismo que no podía pasar nada más en mi día, que el pan había cumplido su cometido y yo lo seguía maldiciendo por eso. Vi el teléfono de nuevo y no tenía nada, mis amigos no habían llamado de nuevo y ahí sentí el peso de mis acciones, genial, ahora me sentía peor.
Me dirigí a casa, solo pensaba en todo el día que había tenido y trataba de buscarle el lado positivo pero, ¡COMO BUSCARLE ALGO POSITIVO! Al llegar a mi casa noté que la puerta estaba abierta y dije: “Gracias panecito, seguro ya saquearon mi casa, ¡GRACIAS!”. Entré con los ojos cerrados, las luces estaban apagadas y cuando encendí el interruptor, me llevé una sorpresa, mis amigos estaban en mi casa, al verme me dijeron. “Te fallamos” y les pregunté: “¿Me fallaron?”... Me explicaron que había sucedido y a qué iba tanta llamada y efectivamente, era por lo de mí… ahora “ex”. Que ellos se habían enterado y eso trataban de decirme.
Les dije: “Gracias amigos”. Sólo los amigos de verdad hacen lo posible para que no sufras y en ese momento les pedí disculpas por mi actitud, qué gracioso ¿no? Había perdido a mi chica pero aprendí el valor de la amistad, cuando tienes amigos de verdad que te apoyan… ¡TODO SE PUEDE!
“Era tarde, ya era hora de dormir y antes de acostarme dije: “¡EL PAN!”. Me dirigí a la cocina para tirar ese pan que me había hecho pasar un día… Un día muy bueno, porque entiendes que si alguien no te valora,¡allá ella! Ya habrá alguien que si lo haga pero nunca debemos olvidar que no estamos solos.
GRANDE MI SORPRESA fue cuando noté “QUE NO ES QUE EL PAN NO HABÍA CAÍDO POR DONDE NO DEBÍA, SINO QUE YO NO HABÍA PUESTO LA MANTEQUILLA DONDE DEBÍA””
He aprendido que las cosas pasan cuando menos lo esperas, son cosas que no puedes controlar, lo que si puedes controlar es en cómo dejas que te afecte. Nunca olviden que no están solos y que siempre se puede salir adelante.
Se despide su servidor y buen amigo que espera haberles sacado una sonrisa el día de hoy recordándoles que entender LA TEORÍA DEL PAN CON MANTEQUILLA…
“NO ES CUESTIÓN DE EDADES”
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